EL PASO DE PRIMARIA A SECUNDARIA

EL PASO DE PRIMARIA A SECUNDARIA.

DESARROLLO

(Cien días después…)


Han pasado casi cuatro meses desde que nuestros hijos/as están en el instituto. Quedan atrás los temores iniciales al cambio. Se han habituado ellos y nosotros a los nuevos horarios, han organizado sus extraescolares conforme a ellos, han hecho nuevos amigos, la mayoría se han adaptado al nuevo profesorado y si les peguntamos por el instituto parece que llevaran en él varios años.



¿Ya no hay problemas, no hay preocupaciones?



Si no los hubiera no estaríamos aquí. Ahora precisamente, fuera de la ansiedad por la adaptación de hace tres meses, es el momento del análisis. Hemos recibido las notas, tenemos datos de las vivencias de nuestros hijos/as en el centro. Con todo esto debemos hacer una reflexión seria que nos permita sacar conclusiones y si es necesario poner los medios para reconducir los aspectos que haga falta.



Vamos a mirar hacia atrás para ponernos en situación y recordar lo que hemos vivido.

El curso pasado, cuando nuestros hijos acababan 6º de primaria, ellos y nosotros sentíamos cierta inquietud sobre el futuro, nos mostrábamos temerosos ante el cambio, expectantes y ávidos por conocer lo que nos esperaba y deseosos de que ya hubiera pasado el trago de integrarnos en la nueva etapa: la entrada en el instituto. ES EL MOMENTO DE LA INCERTIDUMBRE



Ante estos temores, nos vimos en el dilema de elegir un centro para nuestros hijos, ¿público o privado? Algunos de los padres de los compañeros de nuestros hijos optaron por otra opción. Nosotros estamos aquí.



Nos convocaron quizá a una reunión cuando llegó el momento de la pre-matrícula. Nos sentimos más tranquilos. Nos explicaron cómo, e hicimos la matrícula en verano. Acudimos a otra reunión cuando nuestros hijos entraron en el instituto y realizamos, allá por octubre, la primera tutoría en grupo con el tutor/a de nuestro/a hijo/a.



Día a día fueron desapareciendo los temores y las incertidumbres para dar paso a la realidad qué estamos viviendo.



Como vemos, si hemos seguido los pasos adecuados y acudido a reuniones en el centro y con los tutores ahora estaremos en un estadio de conocimiento de la situación aceptable. Si por el contrario, no hemos podido o no hemos querido acudir a estas citas paralelas a la integración de nuestros hijos/as puede que aún estemos un poco perdidos.

Actualmente existen las Escuelas de Padres. Se han formado a petición de vosotros, padres y madres de los centros, que habéis canalizado vuestras inquietudes a través del Dpto. de Orientación de vuestros centros y/o a través de las AMPAS. En ellas se realizan conferencias, seminarios, charlas y otras actividades que nos preparan para abordar la difícil tarea de educar a nuestros hijos e hijas en colaboración con el centro y las demás instituciones educativas. Aún no existiendo éstas nos queda, en último recurso, el Plan de Formación de Padres y Madres del Ayuntamiento. Sale todos los años a principio de curso y tenéis hasta noviembre para solicitar seminarios y charlas. Nos encontramos aquí, gracias a una de esas solicitudes, realizadas por el AMPA. Así estamos pasando, desde septiembre hasta ahora DE LA INCERTIDUMBRE AL CONOCIMIENTO.



CONOCER PARA ACTUAR.



Para intervenir en cualquier proceso o cualquier situación no podemos hacerlo “a ciegas” es necesario “CONOCER”



QUÉ CONOCER:



Todo lo relacionado con el centro de estudios.

Todo lo relacionado con nuestro hijo/a y la etapa evolutiva que está viviendo.

Los modos de abordar las dificultades que surjan a nuestros hijos en el instituto



CONOCER EL CENTRO



Si cuando vamos a veranear a un lugar nos informamos sobre él, sobre sus servicios y recursos para el ocio, no menos debemos conocer el lugar y las características del centro en el que nuestros hijos van a permanecer desde los doce hasta los 16 ó 18 años. Para ello, no hace falta hacer nada especial, es suficiente con participar en la vida del centro según requieran de nuestra asistencia, asistiendo a reuniones informativas, participando en actividades conjuntas, acudiendo a citas con tutores y profesores y hablando de él con nuestros hijos/as.



Podemos conocer el centro a través de:

Reuniones convocadas por Dirección, Jefatura de Estudios:

- Características del centro

- Horario General

- Servicios

- Programas en los que participa

- Actividades complementarias institucionalizadas.

- Boletín de información en cada evaluación.

- Recursos para atender las necesidades de cada alumno.

Citas con el Tutor/a, profesores y Dpto. de Orientación:

- Funcionamiento interno: horario particular del grupo, control de asistencia, agrupaciones especiales. Normas de convivencia y sus faltas y correcciones. Comunicaciones con los padres: proceso de citas, agenda, teléfono…

- Rendimiento académico de mi hijo/a: En general con respecto al grupo y en todas las asignaturas.

- Relaciones sociales de mi hijo/a: comportamiento, rol en el grupo, grado de adaptación al medio.

- Desarrollo evolutivo de mi hijo/a: grado de madurez.

Hay en el plan de Formación una charla en la que se os da un tríptico sobre la tutoría y qué información dar y pedir al tutor.

Participación en /o consulta a el AMPA y Consejo Escolar

En el Consejo Escolar, a través de la participación de los representantes de los padres y por la AMPA podemos tener acceso a conocimientos relacionados con:

- Proyecto Educativo

- Programación Anual

- Actividades Extraescolares

- Gestión económica

- Vida del centro.



CONOCER A NUESTRO HIJO Y LA ETAPA EVOLUTIVA QUE VIVE.



Conocer a nuestro hijo supone algo más que ocuparnos de su alimentación, crecimiento y salud, debemos comunicarnos con él/ella habitualmente, manteniendo lazos de afectividad y trasmitiéndoles muestras de nuestro interés por su desarrollo como persona y como ciudadano.

Ello supone, conocer qué pasa en cada momento de su crecimiento, sus necesidades físicas y psicológicas. En esta labor nos ayudan médicos, psicólogos, pedagogos y otros profesionales que pudiéramos necesitar, pero hace falta “buscar y querer ser ayudados”. Ayuda bastante, conocer las etapas críticas de crecimiento y evolución, sus principales características, sobre todo en los momentos de cambios.

En este momento empiezan a vivir la etapa de la adolescencia., un período de transición entre la niñez y la edad adulta. Es un momento crítico. Este periodo de transición se da en tres niveles: biológico (pubertad), social y psicológico. Actualmente dura de 10 a 12 años, debido a la precocidad de la pubertad y al alargamiento de la etapa educativa.



CARACTERÍSTICAS DE LA ADOLESCENCIA



Podemos decir que en este período hay:

Cambios sexuales:

La edad media en la pubertad en las chicas está en los 13 años, el clima influye 10 en los trópicos, 18 en los polos. La herencia también y el entorno urbano adelanta la pubertad. La pubertad en los chicos está en torno a los 14 años. Hay rasgos que indican maduración: vello púbico, muelas del juicio, las chicas ensanchan las caderas y crecen sus pechos.



Cambios físicos:

- Estirón. 11- 14 para las chicas, 13-15 para los chicos.

- Cambios en la imagen corporal a la que tendrán que adaptarse. No se conocen.

- Desproporción en las partes del cuerpo. Las extremidades paran su crecimiento y el tronco se alarga y se ensancha.

- Hay cambios en los órganos internos: el corazón, los pulmones aumentan su capacidad.



Cambios psicológicos:

- Inestabilidad afectiva

- Inseguridad: niños ni adultos.

- Autoafirmación (con tiranía)

- Introspección: se aíslan.

- Debilidad de la voluntad, aunque no escatima esfuerzos en lo que le interesa (Aquí y ahora)



Cambios intelectuales:

- Capacidad de abstracción: capaz de elaborar sus propias teorías.

- Influencia de los afectos en la inteligencia. Radical en sus juicios blanco/negro

- Período de grandes interrogantes: ¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene la vida? Crítico con lo que le rodea, quiere cambiarlo.



Cambios sociales:

- Tendencia a la conducta gregaria: grupo

- Necesidad de aceptación por sus iguales. Se evade de la familia. Se autoafirma.

- Hipersensibilidad al ridículo.

- Necesidad de la amistad íntima.

- Surgimiento de las pandillas (grupos pequeños que regulan las relaciones cotidianas de igual a igual, tienen carácter anti-adulto).



Resumiendo: De todas estas características que se dan en la adolescencia, o más importante es que:

Tienen que adaptarse a una nueva imagen. Se separan de los padres transitoriamente para autoafirmarse y crear su propia identidad. Para ello se apoya en el grupo al que se ajustará. De ahí la importancia que tiene en este periodo el grupo al que pertenezca, ya que la familia, estudios, ocio, imagen estarán mediatizadas por la presión de grupo. Las opiniones de la familia y de los adultos son todavía válidas si no se “imponen” se ofrecen como opinión y se le deja “decidir”. Así aprenderá estrategias para su vida de adulto.



PROBLEMAS QUE SE PUEDEN DAR EN LA ADOLESCENCIA



En los estudios:

- Falta de rendimiento por ansiedad, fobia escolar, falta de motivación, falta de estrategias de estudio.

En las relaciones personales:

- Timidez y soledad

- Falta de habilidades sociales

- Amigos conflictivos.

En las relaciones familiares.

- Incomunicación

- Violencia familiar: discusiones, peleas

- Ausencia de normas y control.

En su carácter:

- Ansiedad

- Inseguridad

- Depresión

- Conductas suicidas

- Trastornos obsesivos-compulsivos. (Se forman entre un 10 y un 20 % de los trastornos de la personalidad que se dan en los adultos)

En su conducta social:

- Consumo de drogas y alcohol.

- Agresividad.

- Conductas desproporcionadas.

En sus relaciones de pareja:

- Rupturas afectivas

- Dificultad para la comunicación

- Menosprecio por su capacidad para amar.

En su alimentación:

- Anorexia, Bulimia y otros trastornos alimentarios.

En su visión de sí mismos:

- Problemas de autoestima

- Problemas en la búsqueda de su “yo”



Cada uno de estos problemas se puede abordar por especialistas. Es mejor hacerlo en su comienzo.





ACTUAR COMO PADRES



Además de cubrir las necesidades primarias de nuestros hijos, tenemos como padres la tarea de educarlos, la sociedad nos ayuda con las instituciones educativas, pero no nos descarga de esta tarea, vinculada a la familia por la importancia de los modelos familiares y los valores afectivos en esta tarea. Hemos “acompañado” y a nuestros hijos/as al colegio en su infancia y ahora debemos seguir “acompañándoles” en la adolescencia, pero con la diferencia de que cuando eran pequeños querían nuestra compañía y ahora la rehuyen.

¿Qué podemos y debemos hacer como padres para ayudar a nuestros hijos en esta etapa de cambio que supone la entrada en el instituto?

- Entrar con ellos en el instituto (de manera simbólica). Acudir cuando el centro nos lo demande, para recibir información, para participar en actividades, para buscar colaboración en la educación de nuestros hijos. Sólo dentro del centro conociéndolo, nos sentiremos implicados en la tarea de ayudarles en este momento de cambio de la primaria a la secundaria.

- Asistir periódicamente a reuniones con el tutor para intercambiar información, proponer pautas comunes o complementarias de actuación. Pensar que él es el punto de unión con el resto de profesores y el propio centro.

- Respetar su estado evolutivo, dejarlos crecer y hacerse independientes: respetar sus silencios, su falta de comunicación, su necesidad del grupo, su incipiente independencia, comprender que su enfrentamiento con nosotros no obedece a falta de respeto sino a necesidad de autoafirmación del yo.

- Ayudarles a canalizar su comportamiento agresivo, hablar con ellos sobre la manera de evitar conductas violentas y comportamientos antisociales.

- Ayudarles a encontrar una manera autónoma de trabajo intelectual. Les va a resultar difícil organizarse, centrarse en la tarea, adquirir hábitos, ayudémosles con tacto y firmeza a la vez a responsabilizarse venciendo el cansancio y hastío propio de la adolescencia. (Hay que saber decir “no”)

- Prepararnos a través de los programas de Formación para Padres, para saber “ver mentalmente qué está pasando en su vida escolar”, para analizar todos los indicios e información que nos llegue a través de lo que ellos nos cuenten y lo que el centro nos comunique. Así podremos identificar las dificultades que atraviesan en su aprendizaje y encontrar la mejor manera de abordarlas.



COMO AYUDARLES A ABORDAR LAS DIFICULTADES



No podemos abordar en una parte de una charla una cuestión tan compleja. Existe un seminario de cuatro días de duración que nos permite entrar en la dinámica adecuada para hacerlo de manera sistemática. No obstante, intentaremos explicar como se puede actuar, para los que ya hayan realizado el seminario les servirá como recuerdo, para los que no lo hayan hecho, de guión y motivación en el interés por realizarlo otro año.



Para llevar a cabo esta tarea tendremos que realizar un sencillo proceso de investigación, en el que analizando los datos recibidos de nuestra observación, de nuestros hijos y del propio centro, seamos capaces de identificar las dificultades, las posibles causas que las originaron y busquemos, con ayuda si es necesario, las estrategias mejores para abordarlas. Hay que tener en cuenta que los problemas y los conflictos existen y no siempre tienen solución. Nuestra meta no será resolverlos en un tiempo limitado, sino abordarlos convenientemente. Si terminan resolviéndose mejor, si no, al menos no los habremos abandonado, estarán controlados y canalizados hasta que pase la etapa conflictiva y nuestros hijos/as alcancen la independencia que les dará su madurez. Nuestra labor habrá sido la adecuada.



He aquí el proceso:



Análisis de la situación:

Por observación e intercambio de información con el centro y nuestro propio hijo debemos recoger datos en estos cuatro aspectos:



Relaciones:

- conflictos con los compañeros,

- faltas de respeto a profesores, padres,

- peleas con familia y compañeros

- agresiones verbales

- malas contestaciones

- no admite críticas

- no admite consejos

- no admite normas



Rendimiento escolar:

- no estudia lo suficiente,

- no realiza las tareas en casa

- no atiende en clase

- falta al instituto

- no se centra en trabajo.

- se desanima con facilidad.

- habla demasiado en clase



Identidad:



- ¿Qué imagen tiene mi hijo de sí mismo? (autoestima, roles que adopta)

- ¿Cómo lo ven los demás? (líder, chivo expiatorio)



Normas adultas



- ¿Ha habido una comunicación fluida con el centro?

- ¿Se ha obrado en casa con constancia y con un criterio fijo?





Buscar dónde está la dificultad que superar.



Se trata de partir del análisis de lo que está pasando para poner un nombre a lo que ocurre.



Relaciones:



- Falta de habilidades sociales (no tolera, no comparte, miente, traiciona)

- Tiene exceso de actividad física

- Es rechazado





Rendimiento



- No tiene el nivel adecuado para seguir la explicación

- Falta de atención

- Falta de hábito de estudio



Identidad



- Ha asumido el papel de tonto o de malo.



Normas adultas



- No sabemos como actuar

- No actuamos en colaboración y coordinación con el centro, con un criterio fijo y mantenido.

- Se desautoriza al centro o al propio hijo.





Analizar las causas



Relaciones:



- Quizá no le hemos acostumbrado a estar con otros niños y a compartir y tolerar. Ha estado demasiado tiempo sólo. No tiene hermanos…

- Es de temperamento nervioso

- No tiene el estereotipo demandado por la sociedad.



Rendimiento:



- No ha estado escolarizado convenientemente. Carece de nivel intelectual.

- Tiene problemas relacionados con la atención y concentración ó falta de costumbre…

- Ha estado sólo en casa, sin control paterno/materno durante años.

- Problemas físicos o psíquicos.



Identidad:



- No sobresale en ningún aspecto académico o social positivo, y refuerza el de malo para fastidiar.



Normas adultas:



- No existe un proyecto común de atención y educación de los hijos.

- Se necesita “chantajear” al hijo/a para ganarse su favor (frecuente en separaciones traumáticas)

- Se carece de tiempo para ocuparse de los hijos.

- Hay otros problemas en casa que se anteponen a los estudios de los hijos.





Buscar estrategias para abordar la situación.



Relaciones:



- Ayudar en las relaciones fomentando situaciones en las que se propicien relaciones sociales

- Hablar con los hijos para que reflexionen sobre los éxitos o fracasos en las relaciones con los compañeros y animarles a que superen las dificultades.

- Si abusa de su fortaleza ayudarle a canalizar su actividad con la práctica de algún deporte.

- Si no se adapta al estereotipo de imagen social que se lleva, educarlo en la importancia de aceptarse a sí mismo y hacerse valer por otros valores. Mejorar su imagen si se puede. Valorar otros aspectos que posea para mejorar su autoestima.



Rendimiento:



- Propiciar ambiente de estudio y trabajo

- Trabajar la adquisición de hábitos en todos los aspectos paralelamente a los de los estudios, para fomentar la responsabilidad.

- Ayudarles a organizar un calendario de trabajo, ocio y descanso. Mantenerse firmes en que se cumpla en gran porcentaje.

- Procurar que tenga ayudas si son necesarias. No hacerles el trabajo. Que lo perciban como una ayuda no como un fastidio de ellos y de los padres ( no es bueno que se sacrifique toda la familia porque ellos tengan que estudiar… hay que buscar soluciones)



Identidad:



- Tratar de desmontar estereotipos, no reforzarle su actitud, evitar decirle “eres un inútil” o “eres un ser malvado” o “eres mejor que nadie” para que no se lo crean. No reírle las gracias. No amenazarle “Que no me entere yo que…”



- Hacerle ver lo valioso que es para nosotros aunque no sea perfecto y la necesidad que tenemos de que se supere.



- Si no se comunica con nosotros y es adolescente: respetar su silencio.

- Acercarnos proponiendo nunca imponiendo. (Hay que ayudar… no “Ya eres mayor y aquí ayuda todo el mundo)



- Si ni es autónomo darle responsabilidades y hacer valer su trabajo…

Normas adultas



- Actuar al unísono padres y centro

- No mantener actitud amenazadora para que las cosas vayan bien, hay que trabajar con un plan y con constancia, criterios, y plantearse metas posible. Ser realistas y los objetivos se irán cumpliendo poco a poco.

- Pedir ayuda si se necesita, buscar recursos, preguntar a tutor, orientador, Ayto…

- Propiciar situaciones para vencer las dificultades: relaciones, responsabilidad…

- No “machacar el síntoma”(“Ya te dije… Hacer ver lo ocurrido por medio de preguntas formuladas con tranquilidad. ¿No crees que habría sido posible hacer otra cosa? Inténtalo, puede que ahora que sabes qué ha fallado no te vuelva a ocurrir…)



Conclusión



Hemos visto como con la reflexión se pueden organizar los datos de los que disponemos que nos ayudarán a actuar sabiendo en todo momento lo que estamos haciendo y para qué. Saber lo que queremos conseguir y que podemos hacerlo, nos ayuda a ser constantes, a tener paciencia, a no esperar con los brazos cruzados a que surja “un milagro” y a no desesperarnos… lo importante es actuar y comunicar al centro lo que estamos haciendo, que nos comuniquen lo que hacen ellos y como podemos trabajar coordinados para que nuestros hijos se enfrenten a las dificultades.





LA EVALUACION



Después de poner en práctica nuestro plan de actuación con seriedad y constancia, cuando haya pasado un tiempo razonable, hay un tiempo para cada circunstancia, pasamos a la fase de evaluación: ver resultados,

Cuando se ha preparado el terreno, se ha sembrado, abonado… se recogen frutos. Hace falta ver los frutos y determinar si estamos satisfechos con ellos. Si es así: HA VALIDO LA PENA.

Si no estamos satisfechos, tenemos muchos conocimientos para ver que aspectos mejorar o cambiar, estamos EN EL CAMINO. Sólo tenemos que repasar el proceso y reconducir las estrategias de actuación. (Nunca es tarde)



¡MANOS A LA OBRA!